Barranquilla, una ciudad verde que no para de crecer

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El Ecoparque Ciénaga de Mallorquín, el tren turístico y la playa de Puerto Mocho son las nuevas apuestas por el desarrollo sostenible. 

Barranquilla dejó atrás sus calles polvorientas para convertirse en una ciudad verde que valora la importancia de la naturaleza, y esto es gracias a las políticas públicas enfocadas en el ecoturismo, que fueron adoptadas por la Alcaldía distrital.

Este acercamiento con el medioambiente, que ha impulsado el alcalde Jaime Pumarejo Heins, se basó en la mejora y conservación del ecosistema, consiguiendo así logros a nivel nacional e internacional a la búsqueda de la biodiverciudad.

Desde los últimos años, y bajo la necesidad de mejorar la calidad de vida de las personas y atender el llamado del cambio climático provocado por el calentamiento global, la Alcaldía comenzó a idear y planificar estrategias para dar soluciones basadas en la naturaleza a corto y largo plazo.

Es por eso que el alcalde Pumarejo le dio continuidad a programas y proyectos enfocados en la recuperación de espacio público, e incluso, le ha apostado a la creación de nuevos atractivos turísticos sostenibles.

Uno de ellos es la recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín, un espacio donde turistas locales, nacionales e internacionales pueden interactuar con la naturaleza. El lugar cuenta con un entorno que “es muy importante para el cambio climático, porque ahí hay un bosque de manglar que nos protege de los cambios, de la marea y de los fenómenos naturales que pueden atentar contra varios barrios de Barranquilla”, comenta Pumarejo.

Además, explica, que “es un sitio con más de 700 espejos de agua y casi 1.000 hectáreas en total que estamos volviendo un ecoparque dentro de la ciudad de Barranquilla, y que tiene más de 5 kilómetros de senderos paralíticos entre los manglares y el bosque. Este es el primer paso a la conservación, que es el reconocimiento y la apropiación para que los barranquilleros se den cuenta qué hay y qué tienen que cuidar”.

Dos nuevos atractivos turísticos sostenibles

El Ecoparque Cíenaga de Mallorquín es una laguna costera que cuenta con 15 especies de animales invertebrados marinos, 9 de peces, otras tantas de anfibios, 7 de reptiles y 81 de aves. Además, se han contabilizado 4 especies de mangles.

Las bondades del sector permitieron que el ministerio de Comercio, Industria y Turismo diera concepto favorable para la declaratoria de Atractivo Turístico Natural.

El proyecto está pensado para el disfrute a través de recorridos ecológicos por senderos entre el manglar y el agua de la ciénaga, y permitirá a los visitantes locales, nacionales y extranjeros hacer avistamiento de aves, transitar por la bicirruta, realizar deportes náuticos, actividades culturales, disfrutar de la gastronomía que ofrecerán en la zona de restaurantes, una piscina natural y un muelle.

Dentro de la ejecución del proyecto se encuentra la descontaminación del cuerpo de agua para lograr un equilibrio del ecosistema; para esto, la alcaldía distrital y la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA) iniciaron el proceso con un método innovador basado en la naturaleza. Se trata del uso de microalgas cultivadas en el mismo humedal, las cuales se encargan de disminuir las concentraciones de los contaminantes del recurso hídrico, sin necesidad de otros métodos químicos que alteran el ecosistema.

Además, se complementa con la recuperación de la playa de Puerto Mocho y el tren turístico de Las Flores, así como de la primera oferta turística y de transporte a través del río Magdalena con el RioBús.

Siembra de árboles y construcción de parques

Barranquilla ha dirigido sus esfuerzos a la recuperación de espacios públicos y la siembra de árboles. Todos al Parque es uno de los programas más exitosos de la alcaldía de Barranquilla debido a que se encarga de recuperar y construir espacios para que la comunidad pueda disfrutar.

Hoy en día los barranquilleros tienen parques a una distancia de entre 8 y 10 minutos de sus casas en las diferentes localidades de la ciudad; en los que niños, jóvenes y adultos tienen una sana recreación, practican deportes al aire libre y han visto mejorar el índice de seguridad de sus sectores, lo que demuestra el impacto positivo que tiene en el componente social.

Uno de los componentes que más ha gustado de este programa es que para el diseño, funcionarios de la administración se han encargado de escuchar las necesidades de la comunidad y con base a eso se comenzaron a reconstruir los parques.

Estos espacios también han sido propicios para la siembra de árboles, dándoles ese toque natural y permitiendo respirar aire fresco a quienes los frecuentan, dando como resultado parques y vías arboladas, así como 4 bosques urbanos, estos últimos que representan casi 16 hectáreas de espacios destinados exclusivamente al desarrollo de 15.714 árboles.

Entre las especies sembradas en la ciudad se encuentran árboles de bonga, lluvia de oro, ceiba blanca, caucho morado, alistonias y mangle plateado, que son algunas de las 12 especies que fueron sembradas en esas 16 hectáreas.


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