La irregular topografía sobre la que se construyeron las acogedoras viviendas de Usiacurí, convirtieron este municipio en el pesebre del Atlántico. Sus calles recorren montañas que simulan la tierra santa, escenario perfecto para representar las últimas horas de Jesucristo en su camino hacia el calvario.
Año tras año, son decenas de jóvenes y niños, fieles y devotos de la iglesia católica, los encargados de representar la tradición del viacrucis en este municipio. Lo hacen a través de 14 estaciones en las que conmemoran los acontecimientos más importantes de la pasión de Cristo hasta su crucifixión.
El recorrido finalizó en el parque Mirador de Usiacurí junto las coloridas escaleras ilustradas con el rostro de Jesucristo atrayendo gran congregación de feligreses.
La secretaria de Cultura y Patrimonio, Diana Acosta, compartió la importancia de seguir apostando por mantener vivos estos eventos e invitó a los atlanticenses a vivir y conocer la historia del viacrusis de Usiacurí, una tradición con 24 años de tradición.
“Los actos de fe popular son también, como cualquier otro acto, parte de las dinámicas de las comunidades como espacios que mantienen unida a la gente. Esto es identitario y construye lo que somos como atlanticenses”, indicó la funcionaria.