Se han trasladado los restos de 90 difuntos tras el colapso de las bóvedas en el cementerio municipal producto de los deslizamientos.
Al cumplirse un mes de la emergencia invernal ocurrida en el municipio de Piojó, la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, participó en un acto simbólico para acompañar a las familias en la segunda exhumación de los restos de los difuntos, cuyas bóvedas sufrieron afectaciones en el cementerio municipal.
“Lo que sucedió en el cementerio los afectó a todos. Estamos buscando soluciones entre todos y vamos a estar hasta el último día de gobierno, acompañándolos y, en un año, vamos a decir que este municipio está mejor”, expresó la gobernadora durante la ceremonia simbólica, en la que se encendieron velas por el camino que las almas de los difuntos siguen hacia la vida eterna.
La mandataria añadió que la administración departamental continuará atendiendo a los afectados en Piojó con reconstrucciones, reubicaciones y traslados. Además, continúa la entrega de ayudas alimentarios, kits de aseo y donaciones durante la temporada navideña.
En esta segunda jornada de traslado de restos, se exhumaron 65 cuerpos que, sumados a los 25 de la semana pasada, completan 90 restos trasladados. La meta es llegar a 130 que son los más críticos, ya sea porque son cuerpos de personas que recientemente fallecieron o porque son bóvedas averiadas.
“Lo que hemos definido es que, inicialmente, se trasladaran las bóvedas que contenían los cuerpos de personas que fallecieron recientemente y bóvedas que estaban dañadas o abiertas y que podían representar un riesgo para la comunidad. Están siendo trasladados a cementerios cercanos”, explicó la secretaria de Salud del Atlántico, Alma Solano.
Asimismo, la funcionaria agregó que “este trabajo se ha hecho de la mano de las familias de los difuntos, respetando sus creencias, sus actividades culturales y, sobre todo, con acompañamiento psicológico permanente, de tal forma que sea lo menos traumático posible”.
“Yo tenía a mi papá, a mi mamá y a mi hermana en el cementerio municipal, pero por el fenómeno natural ocurrido, hoy los estoy sacando para cremarlos. Ellos se fueron, pero no los he dejado de tener en mi corazón”, recordó Matilde Oliveros, una habitante de Piojó.
