Su padre había fallecido hace una semana y su hermano sigue luchando por sobrevivir en una UCI de la ciudad.
Cinco días en una UCI de la clínica La Misericordia de Barranquilla, permaneció el doctor Edwin de la Hoz antes de encontrar una máquina ECMO para seguir batallando contra el COVID-19.
Desde finales de marzo había registrado complicaciones respiratorias derivadas del virus pero su estado de salud se agravó a los 3 días de ingresar a la unidad de cuidados intensivos, donde fue intubado de emergencia.
Noches enteras salvando vidas como médico domiciliario de una EPS en la ciudad, le costaron las complicaciones respiratorias que acabaron con su vida este sábado en la Clínica General del Norte, donde estaba recibiendo su tratamiento.
“Al momento de requerir la ECMO, los médicos lo hicieron oportunamente. Hoy lamento que no hayamos obtenido una respuesta inmediata. Estuvimos 5 días esperando la terapia, aunque debió ser priorizado porque se contagió ejerciendo sus funciones como médico”, aseguró Daniela de la Hoz, hermana del galeno.
Pese al esfuerzo del personal médico en las dos instituciones que atendieron su caso, De la Hoz, de 44 años, perdió la batalla contra el virus luego de sufrir 3 paros cardiorespiratorios y muerte cerebral.
“Tuvo complicaciones. Anoche nos llamaron para darnos la noticia de que habían conseguido la ECMO, ingresó a la clínica a recibir el tratamiento a las 3:00 a.m., pero lamentablemente Dios no quiso que siguiera adelante y fue su voluntad”, agregó la hermana del profesional.
El galeno murió sin saber que su padre había fallecido hace 8 días, también por complicaciones derivadas del COVID-19. Su hermano, mientas tanto, batalla contra el virus en otra unidad de cuidados intensivos de la ciudad.
La mamá del galeno también resultó contagiada y aunque permanece estable, asilada y con tratamiento en casa, todavía no sabe que perdió a su esposo y a uno de sus hijos en tan sólo una semana a causa del mortal virus.
Los familiares del doctor De La Hoz hicieron un llamado a la responsabilidad de los ciudadanos, pero también a las autoridades para brindar garantías y atención oportuna a los profesionales de la salud que arriesgan su vida en primera línea de batalla contra el virus.