El coordinador de una óptica que realizaba brigadas de salud en zonas rurales de Colombia fue secuestrado en la vereda de La Paz, en Arauca.
Christian Gómez, el coordinador de una óptica y habitante de Soledad, Atlántico, vivió una verdadera pesadilla durante once días en un lugar desconocido del departamento de Arauca.
En medio de una de sus habituales brigadas de optometría que, el pasado 22 de octubre, realizaba en la vereda La Paz, jurisdicción del departamento de Arauca, fue secuestrado por hombres civiles que se identificaron como miembros del ELN.
“”Estoy trabajando normalmente y me llaman a una camioneta a decir que los acompañe y los acompañe fue que me retuvieron 11 días donde dormí encadenado de cabeza, de pies. 24 horas en un cuarto”.
Un calvario que se extendió durante 11 días en los que; además de permanecer encadenado y lejos de su familia, fue trasladado a tres lugares distintos y desconocidos para evadir el control de la fuerza pública mientras sus captores verificaban si pertenecía a otro grupo armado en la zona.
“Nos pusieron esposas. Cuando llegamos a un lugar, una finca, no sé cómo llamarlo. Una zona rural donde solo había una casita. Me ponen una cadena con un candado en el cuello. En el pie fue después. Pesaba bastante y ahí permanecimos 6 días ahí y después me separaron de mi compañero. Ahí fue donde me encadenaron pies y cuellos. Solamente nos soltaban para bañarnos”.
Solo un milagro explica que el pasado 02 de noviembre, sus secuestradores decidieran dejarlo en libertad junto a su compañero de trabajo. Ambos fueron abandonados en medio de una carretera rural cerca del municipio de Saravena.
“Ese día nos vendaron, nos esposaron y para la camioneta. A los 15 minutos de estar dándole, me dice el señor: bueno, los vamos a liberar. Gracias a que estamos en un concilio de paz con el Gobierno. Vamos a liberarlos. Nos dejaron en una trocha y ahí amarrados. Cuenten hasta 200 hasta que nos vayamos. Pasó un bus lleno de maracuyá y nos hizo el chance”.
Aunque sus secuestradores le prohibieron el ingreso al departamento de Arauca, hoy agradece el reencuentro con los suyos y envío un mensaje de solidaridad con aquellos permanecen secuestrados por grupos armados en todo el país:
“Les pido que, así como tuvieron el buen corazón conmigo, de soltarme a mí y a mi compañero, que somos buenas personas, hay muchas buenas personas secuestradas. Que le pongan corazón y que los suelten porque son personas de bien. Sé que ellos lo hacen por su ideología pero hay personas muy buenas en el mundo que merecen su libertad”.