El Distrito de Barranquilla decretó la alerta roja hospitalaria y extendió el ‘pico y cédula’ para la movilidad de ciudadanos.
El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo Heins, decretó una serie de medidas restrictivas en la ciudad para contener el incremento de casos positivos de COVID-19, que se ve reflejado en la alta ocupación de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
En alocución conjunta con la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, el mandatario distrital dijo que este conjunto de medidas es una respuesta a un comportamiento atípico que ha tenido el virus en los últimos días y que está siendo objeto de estudio por parte del Instituto Nacional de Salud- INS.
El alcalde explicó que en la primera ola apenas el 1% de los contagiados iba a los hospitales, y lo hacía de manera tardía, de manera que la tasa de letalidad alcanzó a ser del 5%. Ahora, 15 de cada 100 buscan inmediatamente camas de hospitalización o urgencias, porque tienen más confianza en las clínicas, y la letalidad ha bajado al 1%.
“Con mayor demanda estamos salvando cinco veces más vidas que hace un año. Pero los contagios, quebrantando todos los escenarios, siguen subiendo como no lo habían hecho durante este año de pandemia. Por esta razón hemos decidido decretar la alerta roja, acompañada de las siguientes medidas:
1. Decretar el toque de queda continuo en Barranquilla y el departamento del Atlántico, desde las 6:00 p.m. del viernes 9 de abril hasta las 5:00 a.m. del lunes 12 de abril.
2. Establecer el toque de queda nocturno en la ciudad de Barranquilla, entre las 6:00 p.m. y las 5:00 a.m. del día siguiente, en la semana comprendida entre el 12 y el 19 de abril.
3. Decretar el pico y cédula para movilización de personas, en la modalidad par e impar, entre el 12 de abril y 19 de abril”, anunció el mandatario distrital.
Por su parte, la gobernadora aseguró que con el acompañamiento permanente del Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Salud, los gobiernos del Distrito y el Departamento han desplegado todos los esfuerzos para proteger a los barranquilleros y atlanticenses.
“La velocidad de contagio es absolutamente atípica, en nuestra región y otras zonas del país. Esta tercera ola está afectando a pacientes de clase media de los estratos 3 y 4, trabajadores formales, pertenecientes al sistema contributivo, que probablemente por la fatiga que produce la pandemia o la confianza que trajo la vacunación, se contagiaron y llevaron el virus a sus hogares”, indicó la mandataria.
El alcalde Pumarejo explicó que Barranquilla volvió a incrementar el número de camas UCI. Con 813 unidades que ofrece hoy la ciudad se duplicó la capacidad instalada por cada 100.000 habitantes de ciudades como Bogotá, Medellín y Cali.
“Si no hay necesidad de salir, no lo hagan. No reciban ni hagan visitas. Aplacen todas las celebraciones. Si acogemos las medidas, vamos a los puestos de vacunación y nos cuidamos en casa, lo derrotaremos. Hemos probado hasta la saciedad, que a Barranquilla y al Atlántico ningún desafío nos queda grande. Y esta no será la excepción. Entre todos ganaremos esta batalla”.